El cuerpo emocional, energético y físico están fuertemente unidos.
Muchas de las tensiones musculares tienen un origen emocional. Cuando tenemos una emoción fuerte, como el miedo o la rabia por ejemplo. El cuerpo libera adrenalina y noradrenalina, que a su vez genera cortisol, la hormona del estrés, lo que genera que el cuerpo entre en alerta y se prepare para la agresión, en este caso para la emoción, lo que provoca una contracción muscular. Si esta contracción muscular se mantiene en el tiempo, puede generar contracturas o dolencias mayores.
A nivel energético muchas culturas coinciden en que tenemos canales energéticos, puntos, meridianos que controlan el balance energético de todo el cuerpo y que estos canales tienen conexión con los desequilibrios físicos y emocionales.
Por eso es necesario tratar al cuerpo como un todo, de manera holística, a nivel emocional, energético y físico.